Los días 9 y 10 de mayo de 2025, se llevó a cabo en República Dominicana un enriquecedor encuentro de formación permanente para las Hermanas Misioneras Scalabrinianas. Participamos 14 hermanas de la Provincia Nuestra Señora de Fátima, unidas por el deseo de profundizar en nuestra vocación y actualizar nuestro compromiso en la misión con los migrantes y refugiados.
Bajo el lema “Una vida expresada en comunidad y misión”, este espacio fue una oportunidad para renovar el fuego vocacional, fortalecer los vínculos fraternos y crecer en comunión, esperanza e itinerancia.
Guiadas por el material formativo preparado por la Hna. Ana Paula Rocha, mscs, Animadora General de la Formación Permanente, reflexionamos sobre la vocación como don en proceso, la esperanza como virtud carismática, y el llamado a vivir una fidelidad creativa y visible desde el corazón del carisma scalabriniano.
La metodología integró momentos de iluminación, trabajo grupal, oración, contemplación y celebración. Cada espacio nos invitó a mirar con fe nuestro presente, a dejarnos tocar por la Palabra, y a caminar como comunidad vocacional que anuncia con la vida el amor de Dios entre los migrantes.
Durante el encuentro, reflexionamos también sobre la importancia de caminar juntas con esperanza, incluso en contextos de fragilidad o poda. Se compartieron tres perspectivas positivas que nos ayudan a mirar el presente con fe: la certeza de que la vocación no se agota, sino que se transforma, la convicción de que la comunidad sigue siendo lugar de vida y crecimiento, y la confianza en que el carisma scalabriniano sigue siendo actual y fecundo. Junto a estas luces, identificamos también tres motivaciones fundamentales que nos impulsan a seguir adelante: la centralidad del Evangelio, la fidelidad creativa a nuestra consagración, y el amor concreto por los migrantes, en quienes seguimos reconociendo el rostro de Cristo que camina con su pueblo.
Agradecemos profundamente este espacio que nos animó a seguir cultivando una cultura vocacional comunitaria, donde cada hermana se reconoce como llamada, enviada y sostenida en la fe compartida.
Hna. Alma Rosa Huerta Reyes, mscs – Responsable de la Formación PNSF
