Intercongregacionalidad es motivo de celebrar casi cuatro décadas de la presencia misionera de las scalabrinianas en Tijuana

intercongregacionalidad

En este año de 2024 se puede dominarse “un año de gracia del Señor”. Hay varios motivos conmemorativos: celebración de los 70 años de fundación de la Provincia Nuestra Señora de Fátima con sede en Chicago, 10 años de beatificación de Madre Asunta Marchetti, un año de la canonización de San Juan Bautista Scalabrini, y de manera especial los 39 años de presencia en la frontera mexicana con Estados Unidos. Este mismo año el Instituto Madre Asunta (IMA) empieza los preparativos para celebrar los 30 años de servicio, a las mujeres migrantes y niños en situación de vulnerabilidad. Conjuntamente en acción de gracias por la experiencia de formarnos por primera vez una comunidad Inter congregacional constituida por tres hermanas Scalabrinianas, una consagrada del Instituto Secular de las Misioneras Scalabrinianas y una hermana de la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción.

En los primordios de esta misión, las hermanas con el gobierno general en su momento, tenían claro la ubicación es un punto estratégico (fronterizo); llegaron a México y en 25 de julio de 1985 y fundaron la Comunidad Santo Ángel de la Guarda.
En un primer momento las hermanas colaboraron, en la Parroquia Santo Ángel de la Guarda donde se encargaban de la catequesis, liturgia y secretaria, cuya población eran en su mayoría migrantes internos, que en el fracaso de intentar cruzar se establecían en Tijuana.

Otra inserción de las hermanas fue el trabajo en la Casa Migrante -Tijuana, con los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, que administraban el albergue y atendían especialmente migrantes deportadas/os. La hermana Gemma Lisott, una de las pioneras, desde la observación en casa Migrante, constató que las mujeres y los niños no tenían seguridad, privacidad y expuestas a todo tipo de vulnerabilidad empezó a soñar con el IMA.

Entre mucho discernimiento y sacrificio para construir una estructura dibujada para ser un hogar, en 1994 fue fundado el IMA, que durante sus 30 años fue adaptándose de acuerdo con la cambiante realidad migratoria y los gritos de las mujeres y niños en movilidad y situación de extrema vulnerabilidad.

Las hermanas Misioneras Scalabrinianas (MSCS) que hoy por hoy gestionan el IMA, recogen y reconocen con gratitud, la historia de las hermanas misioneras que aquí estuvieron migrantes con los migrantes. Haciendo memoria constante del clamor de la realidad de los migrantes cada día más desafiante en volumen cuantitativo y cualitativo fruto de las múltiples problemáticas sociales que vive el mundo hoy.

Esta realidad viene poniéndose como un reto para la humanidad y más todavía para la Vida Religiosa Consagrada (VRC). Busca estar junto a las y los necesitados y en situación de mayor riesgo. Dentro de este contexto surgió la semilla del proyecto de una comunidad Inter congregacional a servicio de esta población, en donde se sumaron a la comunidad en un primer momento una hermana de la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción y en seguida una consagrada del Instituto Secular de las Misioneras Scalabrinianas, para juntas, sumar fuerzas en la misión con las personas en movilidad.

Este es uno de muchos otros retos que tienen motivado a un proceso de cercanía a la idea de la inter congregacionalidad, como medio y alternativa para responder a las necesidades del tiempo actual frente a los desafíos de las congregaciones, como envejecimiento de las hermanas y la disminución de las vocaciones, además de la no perseverancia en la VRC.

Por reconocer esta historia sagrada, se recuerda el camino hecho para llegar a este momento con el corazón lleno de gratitud. Disfrutar de la belleza de esta experiencia; en la sororidad y fraternidad entre las/os consagrados movidos y tonificados por la Divina Ruah, que acerca a todos los carismas a caminar juntas/os.

Esto ha impulsado a la Comunidad Santo Ángel de la Guarda y la misión IMA a ampliar el corazón y las fronteras humanas y congregacionales. Por lo tanto, ya se encuentran conviviendo en una comunidad Inter congregacional, carismas diferentes, en la misma comunión para juntas dar respuestas al grito dramático de la realidad migratoria.

¿Será un signo de los tiempos, lo que esta comunidad en Tijuana está viviendo para el ahora y el futuro de la VRC?

La audacia de aquellas y aquellos que están dispuestos a vivir esta experiencia, con el pasar del tiempo se recordará y se dará las gracias por todo lo vivido. ¡Deo Gratias!

Share this post

Leave a Reply